La depresión juvenil se ha convertido en un problema
alarmante en la sociedad actual. Cada vez más jóvenes enfrentan desafíos
emocionales y mentales que afectan profundamente su bienestar. La presión
académica, la competencia en las redes sociales, el aislamiento social, y la
incertidumbre sobre el futuro son solo algunas de las causas que contribuyen a
esta creciente epidemia. La depresión no solo afecta la salud mental de los
jóvenes, sino que también tiene un impacto significativo en su calidad de vida,
sus relaciones y su capacidad para alcanzar su máximo potencial. Abordar este
problema requiere no solo la conciencia y la comprensión, sino también un
compromiso colectivo para proporcionar apoyo, recursos y una red de seguridad
emocional que permita a los jóvenes enfrentar estos desafíos con esperanza y
resiliencia.
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