sábado, 23 de diciembre de 2023

Fuimos ayer lo que seremos mañana.

Por HUGO VILLADIEGO GAZABON

Era un medio día veraniego, no se movían las hojas de los arboles y había llegado al sitio donde el destino me puso para servir a los débiles, a los mas necesitados, algo que empezó como una necesidad, pero que se fue volviendo un idilio, porque encontré dentro de la estrategia Sucre Escucha, la manera de servir sin nada a cambio, solo la satisfacción del cumplimiento del deber ciudadano. El sitio acordado era el Centro de Vida, albergue diario de nuestros adultos mayores, mi mente absorta evocó el pasado y recorrí en instantes sin final, dos caminos largos e interminables, el primero la infancia que tuvimos, rodeados de  familiares y amigos, el ser Líder Comunitario dentro de la estrategia, requiere del conocimiento y  la sapiencia, explorar debilidades, fortalezas y las vicisitudes del entorno donde nací, mi hábitat natural; el segundo camino, era un sendero marcado por la nostalgia que produce la huella del paso inexorable del tiempo: Aquellos seres que crecieron entre nosotros, se habían envejecido, eran ayer indudablemente lo que seremos mañana, un extraño sentimiento al que no le encuentro sinónimo en mi léxico, se apoderó de mí por instantes, El Profesor Miguel Castillo García, me enseñó a leer y a multiplicar, era mi héroe, era inteligente y versado, La Negra Margarita, la Rezandera del pueblo, debió asistir a las nueve noches de la mitad de la vieja Villa de Tacasuán, fijé mi mirada nostálgica en la persona que tenía en sus manos el primer peso de totuma que vi en mi vida, pescadores habilidosos, cazadores furtivos y personas que llegaron de otros lugares y se quedaron a vivir entre nosotros, negar que fueron instantes duros, seria mentir, es un trago difícil de digerir y esa fue mi plataforma de lanzamiento para emprender al lado de ellos un nuevo rumbo, el hacerlos sentir útiles dentro de la sociedad, brindarles el amor y el afecto que perdieron por una u otra razón, que sientan que somos su equipo y que usamos sus mismos zapatos en esta carrera dura contra la vida y el destino y decirles a nuestros queridos viejitos: Aquí estamos y aquí estaremos!


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